Legio VII Gémina

La Legión VII Gemina no participó en el escenario cronológico de las Guerras contra Cántabros y Astures, sino que llegó a Hispania en el 74 después de Cristo, bastantes años más tarde del fin del conflicto. La legión fue acantonada en León, en tierras de los Astures de la Hispania Citerior Tarraconensis reocupando el campamento de la VI Victrix. El destino de esta legión contrastará con el devenir del resto de legiones del Imperio, con una existencia sin apenas actividad bélica, teniendo un importante papel en labores de control del territorio: vigilancia de minas, labores técnicas de ingeniería, mantenimiento de las vías de comunicación, misiones policiales o escolta de magistrados.  En León permaneció hasta las invasiones bárbaras.

La larga presencia de la legión, sirvió de vehículo para la romanización del territorio. Así, a finales del siglo III d.C. la religión del cristianismo, estaba muy extendida entre las tropas legionarias, sirviendo de fórmula para la expansión de este credo al Noroeste peninsular.