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El acceso más directo se encuentra desde el pueblo de Coo, tomando una pista que surge al final del pueblo, cerca de la iglesia. El bosque de Coo nos sorprende por la riqueza de su flora: robles, castaños, hayas, acebos… Es un bosque joven y pletórico de vida, los árboles jóvenes son los que suministran más oxígeno al planeta.

Este bosque fue explotado durante siglos para extraer carbón vegetal, combustible muy usado en distintas épocas para las fundiciones de mineral de hierro, las ferrerías que tanto abundaban por Cantabria. Por eso ahora, a pesar de no poseer árboles centenarios, posee la riqueza de la juventud y de la plenitud, estando su suelo plagado de retoños de árboles y de plantas, también debido a la no masiva explotación ganadera extensiva que permite crecer a las plantas.

El bosque es atravesado por el arroyo de Mortera, la pista discurre próxima a él hasta un par de kilómetros más arriba que se convierte en un sendero marcado por señales de un PR no muy claras. Si cruzamos ascendiendo todo el bosque culminaremos en el Alto de la Cruz donde existe un refugio de montaña para descansar un rato, comernos un bocadillo y descender de nuevo. La subida se puede hacer tranquilamente en un par de horas. No conlleva un gran esfuerzo si se está con una forma media, pero en todo caso, si no se está en forma es un placer caminar relajado por la pista que atraviesa el bosque hasta donde uno llegue porque es todo pura belleza desde que comienza el camino en Coo.

La fauna del bosque es la típica de estos bosques cantábricos: martas, zorros, ginetas, garduñas, jabalíes, corzos… con un representante emblemático que se deja ver de vez en cuando, el rey de la fauna ibérica, el lobo. Las aves están bien representadas por las rapaces típicamente forestales: azor, gavilán, busardo ratonero… y otras aves, tales como el trepador azul, el herrerillo, el carbonero…

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